miércoles, 8 de enero de 2014

"Prestarte mis oídos en secreto"

En una de las tantas obras escritas por el dramaturgo inglés, William Shakespeare, la princesa Innogen le dice al rey Cymbeline lo siguiente: "Os lo diré, señor, en secreto, si me prestáis vuestros oídos".
Sin necesidad de hablar de esta obra, si deseo compartirte como ejemplo de lo que Dios nos está pidiendo en esta parte del versículo 10 del salmo 46, el cual comienza diciendo: "Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia". Un salmo que habla de confianza y de acción de gracias, que sólo se puede centrar en Nuestro Dios. Es un canto a Su Soberanía. Pero tampoco deseo profundizar en el salmo, sino detenerme en las primeras palabras del vrs.10: "Estar quietos", oh creo que esta acción que el Señor nos pide no es tan fácil de obedecer, principalmente a nosotras las mujeres que debemos llevar a cabo un sin número de tareas en el hogar y fuera de el también, cuanto más, aquellas a las que se les agrega tener que trabajar.
¡Cuántas veces damos por sentado, cuando leemos Su Palabra, creer haber escuchado su voz! Oh amiga y hermana, a mí me ha sucedido tantas veces...
Nos perdemos de lo que realmente el Señor quiere mostrarnos. Sin lugar a dudas hemos escuchado muchos mensajes en lo que se nos exhorta a apartar el tiempo para escuchar, para aprender, para crecer en Comunión con el Trino Dios. Pero es fundamental que nos dispongamos a permanecer quietas, lejos de todo bullicio y de la presencia de las personas, y en la soledad buscarle.
¿Qué opina Dios acerca del silencio? ¿Será que, como la princesa buscaba intimidad con el rey, para revelarle su corazón, de la misma manera quiere Dios hacerlo con nosotras?
¡Oh claro que sí! En su Palabra tenemos ejemplos de que los encuentros importantes sucedieron en la soledad y quietud: María, Juan el Bautista y nuestro mismo Señor Jesús.
Y para que nos pide Dios que estemos quietas, para que reconozcamos QUE ÉL ES DIOS. ¿Entiendes lo que esto significa?
Qué ÉL es Uno, Eterno(sin principio, ni fin, ni sucesión de tiempos) , Infinito( sin límites), Inmutable (Él no cambia), Omnipresente( está en todo lugar), Soberano (supremo rector del universo), Omnipotente (que todo lo puede), Justo, Amor (Dios siempre busca el bien más alto en el ejercicio de Su Voluntad), Verdad (Dios es, dice y hace), Libertad (independencia de cualquier otro ser), Santo. Oh mi corazón se desarma ante tantos atributos y me pide que me quede en silencio, simplemente para reconocer todo esto en mi vida, que ÉL ES EL DUEÑO!
¿Cuánto quiero conocerle? ¿Estoy deseosa de oír Su Voz?
Al comenzar este nuevo año, podamos prestarle nuestros oídos al Señor, querramos verdaderamente escuchar sus enseñanzas valiosas y eternas. Busquemos Su Guía, ser corregidas, instruidas en el silencio, en la quietud del silbo apacible donde le contemplaremos como DIOS.
                               ~Que Dios ministre tu corazón~

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